Principios contables

Principio de empresa en funcionamiento.

El «Principio de Empresa en Funcionamiento» es como suponer que una empresa seguirá funcionando y haciendo negocios en el futuro. No estamos pensando en que la empresa vaya a cerrar o vender todo. En lugar de eso, pensamos que sus cosas (como productos o máquinas) se usarán en los negocios en el futuro. Esto es importante en la contabilidad porque nos ayuda a llevar un registro de lo que tiene la empresa y cómo se usa, asumiendo que todo sigue igual.

Por ejemplo, si tienes una tienda, este principio nos hace pensar que la tienda seguirá vendiendo cosas a la gente y, por lo tanto, los productos en la tienda se consideran como parte de los negocios en lugar de algo que se va a vender o cerrar.

Principio de devengo.

Establece que las transacciones o hechos económicos se registran en el momento en que ocurren o hay compromiso firme de que ocurra, con independencia de la fecha de su pago o de su cobro, es decir es un derecho ganado, pero no cobrado.

Ejemplo: Cuando hay una compra o venta hay que contabilizar aunque el pago o cobro sea en un futuro.

Principio de uniformidad.

Es una norma contable que significa que una empresa, una vez decide aplicar un criterio contable, ha de seguir el mismo mientras no cambien las condiciones que le llevaron a adoptarlo. En caso de querer cambiarlo, la empresa deberá reflejarlo en la memoria.

Principio de prudencia.

Es una norma contable que obliga a contabilizar los beneficios sólo cuando se produzcan y las pérdidas cuando se conozcan. Esto significa que la empresa ha de situarse siempre en el escenario más negativo. Para ello deberá anticipar las pérdidas, aunque luego no lleguen a producirse.

Principio de no compensación. 

Es una norma contable que nos dice que en ningún caso pueden compensarse cuentas de activo y de pasivo en el balance. Tampoco de ingresos y de gastos en la cuenta de pérdidas y ganancias. La contabilidad de una empresa ha de reflejar la imagen fiel de la situación de la misma.

Principio de importancia relativa.

Es un principio recogido en el Plan General Contable, que refleja que la contabilidad debe reconocer y presentar los hechos de acuerdo a su importancia relativa.